¡Hola, hola! Sé que es domingo, y que no estaba programada ninguna entrada para hoy, pero gracias a Dios, el especial de mamás ha sido un exito, y muchas mamás hermosas han querido compartir su testimonio, así que muy probablemente, además del miércoles, también estaremos leyendonos por aquí los domingos de este mes, para que todos los testimonios puedan compartirse.
Hoy Sara nos comparte su historia, ella es madre de tres hermosos hijos, y actualmente se encuentra en remisión, aquí te dejo su historia.

Fui con un médico internista y él me pidió hacerme una biopsia, pero ahora sí ya de cirugía para quitarla y mandarla con él patólogo, y fue como me diagnosticaron. Cuando recibí la noticia, sentí un nudo en la garganta, no llore, solo pensaba: “Dios mío, ¿ahora que sigue? ¿A qué voy?”.
La primera reacción de mis hijos al decirles que tenía Cáncer, fue decirme “¿te vas a quedar pelona?”. Nunca pensé en la muerte, siempre tuve mucha fe en Dios, y en que saldría adelante. No puedo negar que a veces tuve mucho miedo, pero también tenía fe.
Empecé mis quimioterapias en Febrero del 2013, fueron 16 quimioterapias, una cada 15 días. Empecé a perder mi cabello, pero nunca quise usar peluca porque me daba vergüenza, preferí usar turbantes o gorritos.
Siempre conté con el apoyo de mi esposo. Mis hijos, a su corta edad, me ayudaban en lo que yo necesitaba, también tuve apoyo de mis dos mamás, de mi hermana Marisol y demás familia.

Cuando por fin terminó todo mi tratamiento, me hicieron un estudio de Pet y salí limpia. Me sentí tan bendecida porque sentía que todo, poco a poco, volvía la normalidad. Sin embargo, a los tres meses me hacen otros estudios, y para mi sorpresa tuve una recaída... sentí que el mundo se me venia encima, pero siempre pensé en que todo pasaba por algo, y si Dios permitió que esto pasara por esta prueba, de nuevo la volveria a superar. Me puse en las manos de Dios y así fue como empecé mi segundo tratamiento de quimioterapias en Enero de 2014. Esta vez fueron 6 ciclos de quimioterapia de tres quimioterapias seguidas. Descansaba una semana y volvía por un refuerzo.
Definitivamente fue más difícil, pues mi cuero estaba ya muy agotado y me sentía muy cansada, pues me hicieron mucho efecto esas quimioterapias. Llego el momento en que llegue a pensar: “me voy a morir, si no es por enfermedad, será por tanto medicamento”. Sentía que mi cuerpo tenía lumbre por dentro, hasta que termine mis quimioterapias y empecé con mis radios, me dieron 20 sesiones, una por día, me radiaron casi todo el cuerpo: cuello, clavícula, axilas, tórax e ingles.
Los efectos secundarios que me dejó el tratamiento fueron una menopausia prematura, y actualmente tengo que tomar estrógenos, además de que tengo que estar en vigilancia de Papanicolaou y mamografías, pues por ser factor de riesgo, tengo que cuidarme de un cáncer de mama o de matriz, sin embargo, tengo mi vida puesta en las manos de Dios, y sé que él es misericordioso. Tengo fe de seguir limpia toda mi vida, pues lo que más deseo es poder ver a mis hijos crecer y permanecer a su lado.
Por lo pronto, me encuentro en remisión, y espero en Dios seguir así.
Mi recomendación para todas las personas que están en la lucha es que jamás pierdan su fe en Dios y las ganas de vivir. A mí me tuvo que pasar esto para valorar la salud, que es lo más importante que tenemos cada ser
humano, y además, valorar cada día, que vale oro si se sabe disfrutar.
Bendiciones para todos.
Sara sin duda alguna es una MAMÁ QUE BRILLA. Gracias Sara, por compartir un pedacito tan importante de ti. Deseo con todo mi corazón que las cosas sigan cada día mejor, y que esta remisión dure muchos pero muchos meses.
¡ESTAMOS REZANDO POR TI!
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Nos leemos hasta el próximo miércoles,
BENDICIONES,
ALEJANDRA
Nos leemos hasta el próximo miércoles,
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ALEJANDRA
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