Resultados del pet/paciencia..

Con un enorme dolor de cabeza, escribiendo esto mientras reflexiono sobre lo que ha pasado en este par de días, sintiendo, pero haciendo una pausa a la vez para identificar que es lo que en verdad siento.

Fue una tarde difícil, una mañana difícil, un par de días muy pesados.

Mis estudios llegaron el día de ayer por paquetería, en esta ocasión se tardaron un poco mas de lo de costumbre. Tenían que haber llegado para el Lunes, pero apenas ayer miércoles los recibió mi hermana. Eran las 11 de la mañana y yo estaba en la escuela, esperando mi siguiente clase. Aburrida, viendo a mis amigas estudiar mientras yo tonteaba en el celular. Mi hermana me ando un whatsapp para avisarme que los resultados por fin habían llegado a casa. Y es que todos estábamos a la espera de los resultados. Mi papa cuando no venía a comer, me marcaba para preguntar si ya habían llegado; en la escuela, mis compañeros de clase preguntaban por lo mismo; Ale, ¿cómo te fue?, ¿qué dicen los resultados de los estudios? 

Por primera vez en toda la historia de esta enfermedad en mi cuerpo, no estaba preocupada, yo me sentía bien, mejor que nunca, incluso lo mencione en la entrada pasada. Para mí era un estudio que si bien significaba mucho, pero estaba tan confiada en que todo saldría bien. Esta vez me volví equivocar haciendo planes a futuro, como si esta vida la mereciera, como si yo fuera dueña de mi vida, como si hubiera olvidado lo que un día aprendí con el dolor...

Le pedí a mi hermana que me mandara fotos de los resultados, ingenuamente creí poder entenderlos, descifrarlos, saber lo que en verdad decían. Yo solo esperaba lo habitual, que los índices de actividad disminuyeran, que el médico nuclear mencionara mi sinusitis crónica, o el material quirúrgico que está en mi esternón, o la presencia de mi corazón del lado derecho. Pero no fue así, leí los resultados mientras mis amigas estudiaban, mis ojos se llenaron de lágrimas, de confusión, de angustia, mi fe tabaleo y le dio miedo, tuve miedo, incertidumbre, dolor, nostalgia, y lapsos en mi ente de recuerdos dolorosos. Ingenuamente creí que por la experiencia en los estudios y en la enfermedad, podría entender que estaba exactamente pasando. Pero no fue así. Lo que si tenía claro era que algo andaba mal... otra vez.

En mis impulsos, en mis ganas de que nadie me vea llorar, porque en la escuela no me conocen como la que llora, porque muy probablemente tu que estás leyendo esto crees que todo el tiempo sonrío y estoy fuerte, y que si e dicen cáncer no temo ni me estremezco por los recuerdos. Pero lo hago. Lo hago en lo profundo de mi habitación cuando hay algún extraño dolor en mi cuerpo, lo hago cuando mis pantalones empiezan a quedare grandes sin ningún sentido aparente, lo hago cuando ando hormonal y recuerdo por todo lo que hemos pasado. Todo lo que ha pasado.

Pero en esos momentos era inevitable, mis ojos se llenaron de lagrimas y mi única reacción fue responderle a mi hermana con un: "todo va a estar bien, vamos a esperar a que dice el Doctor". Cuando yo por dentro presentía que algo andaba al. Mis amigas vieron las silenciosas lagrimas en mi rostro y sin insistir con el ¿qué te paso?, solo me abrazaron y me recordaron lo mucho que me querian. Salí limpiándome las lágrimas, y marcándole a mi mamá. No contesto. Así que me dirigí a su oficina, entre y llorando la abrace y le explique todo lo que había pasado. Me tranquilizó y pedimos una consulta con mi hematólogo para que el interpretara mis estudios.

La cita la tuve hoy a las 12:00pm. Hoy, antes de ir a ver a mi doctor, fui a una clase, y tuve que sobreponer. Tuve que pensar en otra cosa, como en la exposición que tenía que presentar en ese momento. Hace tanto que no me sentía así, sentía la saliva en mi boca, como cuando me daban quimioterapia y tenia esas terribles nauseas y ganas de vomitar. Hoy no desayune, hoy no tuve mente pensando en lo que el doctor podría decirme. Intentando darme animos yo sola, pensando en que tal vez estoy siendo muy pesimista, en que yo no soy la especialista, en que debía tener fe. Pero la verdad era que tenía mucho miedo. 

De solo pensar que el cáncer podría estar cerca de mí... simplemente no podía. Hasta hace unas horas, estaba a punto de rendirme sin siquiera saber a que tendría que luchar ahora.

El doctor nos dijo que efectivamente hay un ligero crecimiento de actividad, hay foquitos verdes en mi PET, lo que indica que hay un proceso inflamatorio en mi cuerpo, por lo tanto hay dos opciones: un tumor, o simplemente los ganglios inflamados por alguna infección. Los estudios definitivamente no salieron como esperábamos, yo aun sueño con el día en que me haga el PET y no salga ni un solo foco verde. El día en que en la conclusión del médico nuclear sea: "REMISIÓN TOTAL", para poder escuchar un día de la voz de mi hematólogo: "KARLITA, LO LOGRAMOS, ESTAS DADA DE ALTA". Sueño con eso todos los días desde que me diagnosticaron.

Las dos opciones son cosas muy extremas; como puede ser nada, puede ser todo. Mi doctor nos recomendó volver a casa tranquilos, ser pacientes, porque esto solo lo  sabríamos con el  tiempo. Así que en vez de volver a Monterrey dentro de 6 meses (como lo esperábamos), tendré que volver en Febrero para realizare otro PET, y así poder descartar una de las dos opciones. También nos explicó el procedimiento que se seguiría en caso de que esa actividad que se ve, fuera una actividad tumoral. Probablemente tendrían que hacer algo a nivel medular, para combatir el tumor (en dado caso de que lo tuviera), o darme un nuevo ciclo de quimioterapia.

Mi doctor se ve con esperanza, pero sobre todo con una enorme fe de que esto no sea una recaída. De que todo esté bien dentro de tres meses. Pero por lo pronto, mi familia y yo tendremos que esperar y ser muy pacientes...

Yo, en estos momentos un poco más tranquila por las enormes esperanzas que nos da mi doctor, puedo decirles que en este par de días Dios me volvió, o nos volvió a dar una lección/bendición. Este par de días, Dios volvió a unir (MAS) a mi familia, al matrimonio de mis padres, a mis hermanas conmigo. Dios me mostró en quienes sin saber me consolaron, su amor. Dios me recordó que hoy por hoy tengo un regalo. Hoy estoy viva, y cuento con el amor de mi familia, que está dispuesta a dejar absolutamente todo por mí. Hoy Dios me recordó que aunque planear es hermoso y divertido, el vivir el presente es mucho más satisfactorio.

Mi fe nunca se moverá de donde  está. Creo en cada una de las promesas que Dios me ha dado, creo en El, incluso más que en mí. Creo en su infinito amor, porque he tenido el privilegio de sentirlo. Creo en sus maravillosos planes, porque aunque al principio no los entiendo, al final puedo ver su misteriosa intensión. Creo en su misericordia, porque a pesar del dolor y a pesar de lo que estoy sintiendo en estos momentos, se que Él me dará las respuestas que necesito, las herramientas, la misión. 

Pero hoy en el camino de regreso a mi casa, había muchos sentimientos encontrados. Había muchas preguntas, que se que por el momento no tendrán respuesta. Mis papás usaron el término "vacaciones". Y lo son, por el hecho de que una vez más descansaremos aunque sea tres eses del hospital y del doctor, lo vemos por el lado positivo. Pero no puedo evitar un sentimiento de frustración dentro de mí...

Ya no quiero más incertidumbre, ya no quiero estar a expensas de esos horribles estudios, ni quiero volver a sentirme como me sentí hoy por la mañana, cuando tenía ganas de vomitar, cuando no pensaba nada más que en los resultados de los estudios. Cuando solo pensaba en mis planes, que involucran siempre a Dios, cuando pensaba en mis alternativas, en mis ganas de crecer y comerme el mundo.

No quiero volver a sentirme así, porque no es normal. Porque no debo acostumbrarme, aunque otros crean que lo debo de hacer. Porque por una vez quiero vivir sin límite alguno, no quiero volver a decir: "muy bien, volveremos a descansar por otros 3 meses, o 6 meses". No quiero volver a Monterrey, no quiero volver al hospital. Simplemente no quiero, porque nadie debería de pasar por esto. Nadie debería de llorar por querer más tiempo en paz.

Acepto todo lo que tenga que venir, y siempre lo he dicho, incluso en mis testimonios. Lo que Dios decida yo lo acepto. Lo que venga, voy a pelear. Mi fe no es reducida por ninguna tribulación. Hoy solo quería compartir esto, desahogarme un poco de lo que estoy sintiendo, y sé que este sentimiento no será para siempre. Muy probablemente mañana me despierte y vuelva a agarrar vuelito para continuar con mi vida, como hasta ahora lo hemos hecho. Hoy solo quería expresarme.

En cuanto a mi sueño, seguiré soñando con eso, y voy a hacer lo que tenga que hacer para que el día de mañana escuche a mi doctor decir: lo logramos, adiós Monterrey, adiós estudios, adiós incertidumbre, adiós y punto final al cáncer.

Gracias por leerme.

Gracias por su amor.

Gracias por su apoyo.

Gracias por ser una bendición para mi vida.

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