Si, no tengo cabello ... ¿Y?

Desde hace mucho tiempo había querido hablar de esto, es algo importante para mi, y fue mi principal motivación al momento de crear un “lema” en mi vida, que es el de “tengo cáncer y sigo brillando”. Hace algunos años, cuando era ignorante acerca del tema del cáncer (ya que gracias a Dios, nadie cercano a mi a padecido esa enfermedad), tenia cierta curiosidad, de porque se les caía el cabello, y la verdad es que nunca investigue porque. Así que cada vez que veía a alguien sin cabello, no podía dejar de mirarlo, y creo que es algo que todos llegamos a hacer, porque no lo vemos como algo normal. Tenemos esa idea de que una mujer tiene que tener cabello para ser una mujer femenina. Me da vergüenza admitirlo, pero yo también pensaba así, de hecho, usaba extensiones de cabello, para traerlo lo mas largo posible, y la verdad de todo, es que amaba y adoraba mi cabello, nunca salía de mi casa sin traerlo arreglado. Así que ya sabrán lo que significo para mi que se callera mi hermosa cabellera.

Definiría a la experiencia de la caída del cabello como extrema. Fue una experiencia muy dura y difícil. Recuerdo que cuando el doctor me dijo que tenía cáncer, y que empezaría con quimioterapias, lo primero que le pregunte fue: ¿Se me caerá el cabello?, y su respuesta obviamente fue un SI. Dure 18 días con mi cabello a partir de la primera quimioterapia, después de los 18 días, lo mas temido para mi comenzó; se me callo mi cabello. Y quien no ha vivido o visto esto, pensara que estoy exagerando, pero de verdad se me caían mechones completos, apenas me pasaba la mano y se me venían muchísimos mechones. Recuerdo que el primer mechón que se me callo fue en la escuela, llevaba mi cabello recogido, y no se como, pero se me atoro un mechón entre el hombro y la bolsa que llevaba, y cuando intente jalarlo, como normalmente lo hacia, se vino un mechón enorme. Sentí tanta vergüenza, tanto miedo, no quería que eso pasara. Después, rápidamente tire el mechón en un bote de basura para que nadie lo viera. Cuando llego mi papa por mi, me subí al carro y llore como una niña. Mi papa me consoló y me calme. Fue tan difícil, fue como una señal para empezar a aceptar lo que me estaba pasando (y lo que venia después de eso): “Es verdad, tengo cáncer”. Y si, tengo cáncer, y perdí toda mi hermosa cabellera. Otro recuerdo que se me viene a la mente de esos días, fue cuando por fin me decidí a raparme, no me sentía tan triste, hasta que mi mama me sentó y encendió la maquina, ahí estaban mis hermanas, mi papa, mi tía, mi abuelita y mis dos primitos hermosos (10 y 2 años de edad). Comenzó a raparme y entre cada pasada de la maquina, se me salían las lagrimas, sin hacer mucho ruido, solo salían solas, dentro de mi sabia que venían cosas mas difíciles, y que para afrontar todo eso que venia, lo primero que tenia que hacer era aceptarme tal y como era, y en ese momento (en este momento) soy una joven que tiene cáncer y no tiene cabello. Cuando mi mama termino, le pregunte a mi primito que ¿como me veía? Y él me dijo que hermosa. Así que tiernamente sonreí y lo acepte, a pesar de que me costó verme al espejo durante unos días más. Después, mi papa también se rapo. Al día siguiente, fue mi mama. Mis tías y primas se cortaron el cabello chiquito. Mis hermanas también quisieron hacer lo mismo, pero no las deje. Mi novio en ese entonces, también se rapo. Así que éramos todos una “familia de pelones” y eso me ayudo tanto. Me hizo sentir fuerte. Fui fuerte.

Fotografia: Jesus Herrera

Ahora que ya saben todo esto, y el como me costó aceptarlo y asimilarlo (y pienso que así nos ha costado a todos los que hemos pasado por lo mismo), tienen que saber, que es BASTANTE incomodo llegar a un lugar publico, y que TODA la gente te mire y juzgue sin saber, no me intimida, al menos a mi no me provoca miedo, ni me siento menos. Al contrario, he aprendido a estirar el cuello y levantar la cara (Gracias Annel, por enseñarme todo lo que se). Pero en verdad me da mucho coraje, es algo que me molesta mucho, no por mi precisamente, todos los pacientes con cáncer hemos pasado por estas situaciones incomodas, que nos pone una sociedad ignorante. El cabello no hace a la gente, sus cicatrices no los hacen débiles, creo que son símbolo de batallas y guerras. Así como el tener cáncer, no significa que no podamos llevar una vida “lo mas normal posible”. Cuando yo era ignorante ante este tema, y me decían de fulanito que tenia cáncer yo solo decía “pobrecito”. ¿¿¿Qué??? ¿¿Pobrecito??, no, sin duda sé que no debemos causar ninguna lastima ante la gente. Porque hemos luchado tanto, a pesar del cansancio, y a pesar del dolor, a pesar de los malos pronósticos: aquí seguimos, amamos la vida mucho mas de los que nos juzgan. Sé que también hay mucha gente, que vive la misma enfermedad, pero que su autoestima es tan poca, y su fe es tan nula, que eso le transmiten a los demás, el dar lastima. Esa es mi humilde opinión. Por eso fue que cree el lema de “tengo cáncer y sigo brillando”. Quizá ya no soy la misma que antes, pero creo que me estoy convirtiendo en una versión mejorada de Alejandra. Y eso me hace feliz. Brillo, a pesar del dolor y de la espera; brillo a pesar de la angustia y del miedo, brillo a pesar de la incertidumbre que provoca el no saber que pasara, brillo a pesar de que perdí muchas cosas, como por ejemplo mi cabello. Todos brillamos por alguna razón, es cuestión de creérsela, es cuestión de ver la esperanza ante momentos difíciles (como el que yo estoy pasando), es cuestión de Fe. Es cuestión de querer vivir. Brillo, porque solo Dios sabe cuantas ganas tengo de estar aquí, de disfrutar lo que antes no disfrute, de comenzar de nuevo y aprovechar mi segunda oportunidad, de ser mejor persona, de quererme y aceptarme tal y como soy. Dios sabe todo eso, y creo que por eso estoy aquí. Por eso Él me tiene aquí contándoles mi pequeña historia. Soy Alejandra, tengo cáncer y sigo brillando.

Un beso de esta pelona, que los quiere sin conocerlos, por el simple hecho de formar parte de su vida. Bendiciones!!!!